Como ya os he comentado en otras entradas del blog, es importante el desarrollo de la motricidad fina, es decir que los movimientos musculares que ocurren en partes del cuerpo como los dedos en coordinación con los ojos.
La motricidad fina es, esa habilidad que permite realizar actividades que requieren una mayor precisión. Dentro de estas, hablaríamos de hábitos o destrezas tan habituales como: usar los cubiertos, cepillar los dientes, abrochar la bata o abrigo, atarse los cordones o, incluso, colorear, escribir, sin descuidar la influencia en la lateralidad y orientación espacial.
Además de la influencia en los hábitos cotidianos, no debemos olvidarnos de la importancia que tiene también de cara a las habilidades sociales, ya que tu peque estará más preparado para enfrentarse a nuevos retos o trabajar en equipo, por ejemplo.
Por todo ello, en el aula practicamos y realizamos multitud de tareas para trabajar la motricidad, hoy precisamente hemos jugado con los collares, además de pasarlo bomba, han entrenado la paciencia.
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